La Semana Santa en Castilla-La Mancha se vive intensamente, con fervor y devoción, y aquí te contamos qué hacer y qué ver durante estos días.
En nuestra región, la Semana de Pasión está llena de tradiciones que se mantienen muy vivas, a pesar del paso del tiempo.
Estas tradiciones son muchas y cada una de ellas tiene una peculiaridad especial que las hace tan únicas, como lo es Castilla La Mancha.
Para que conozcáis un poquito más de cerca nuestra Semana Santa, hoy os traemos cinco maneras de vivirla y sentirla.
Tradiciones y costumbres que son fiel reflejo de la riqueza cultural y patrimonial con la que cuenta Castilla-La Mancha.
Si estás planeando ya tu escapada para estos días, párate un momento y toma nota de estos destinos donde disfrutar las tradiciones que hacen única nuestra Semana Santa.
Comenzamos...
1. ALBACETE, LOS TAMBORES RESUENAN POR SEMANA SANTA
La Pasión de Cristo en la provincia de Albacete se vive a golpe de tambor.
Miles de tamborileros se reúnen, año tras años, durante horas para hacer resonar los tambores.
Presenciar alguna de las tamboradas que tienen lugar se convierte en una emocionante experiencia difícil de olvidar.
Un acto de devoción y penitencia que sobrecoge a todo aquel que lo contempla.
Las tamboradas más famosas y conocidas por todos son las de Hellín y Tobarra.
Tamborada de Hellín
En Hellín más de veinte mil personas, de todas las edades, se dan cita a lo largo de toda la Semana Santa para templar los tambores.
La primera de las tamboradas tiene lugar el Viernes de Dolores, sin embargo, la primera considerada oficial, y una de las más multitudinarias, es la de Miércoles Santo.
Le siguen la de la medianoche del Jueves Santo que se prolongará hasta la tarde del Viernes Santo.
Y por último, el Sábado de Gloria da comienzo la última de las tamboradas que finalizará la tarde del Domingo de Resurrección.
La Tamborada de Hellín, una celebración que rompe el silencio y pone los pelos de punta.
Tamborada de Tobarra
Los tambores también resuenan en la localidad de Tobarra en esta Semana de Pasión.
Pero en esta localidad albaceteña lo hacen de manera ininterrumpida, enmudeciendo sólo en los actos solemnes.
Uno de ellos, sin duda, es la bendición de la imagen articulada de Jesús Nazareno, acto al que acuden, anualmente, más de treinta mil personas.
El momento en el que el brazo de la imagen desciende sobre los presentes, para otorgarles la bendición, es sencillamente sobrecogedor.
Tras el sermón y las notas de la marcha fúnebre Mektub, los tambores vuelven a sonar para no parar de hacerlo en las siguientes cien horas.
Si quieres saber más sobre estos tambores artesanos de Tobarra, puedes acercarte al Museo del Tambor y de la Semana Santa de la localidad e incluso hacerte con uno en alguna de las tiendas locales.
Sin duda, la Tamborada de Tobarra es una cita que bien merece una visita, ¿verdad?
2. CIUDAD REAL, LA PASIÓN CALATRAVA
La Semana Santa en la provincia de Ciudad Real trasciende lo religioso para convertirse en una ruta de cinco días en los que conocer a fondo La Pasión Calatrava.
Esta ruta está formada por los municipios de Aldea del Rey, Almagro, Miguelturra, Bolaños, Granátula, Pozuelo, Torralba, Valenzuela, Moral y Calzada de Calatrava.
Y en ella tienen lugar las principales actividades procesionales desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección.
La Semana Santa Calatrava es una ocasión única de descubrir el patrimonio natural, cultural y gastronómico del Campo de Calatrava.
Una de las características de la Pasión Calatrava, en estas localidades, son sus escenificaciones históricas.
Escenas de la Pasión arropadas con música y romances propios de cada población.
Otro de los símbolos del Campo de Calatrava son las cofradías de los “Armaos”, de origen militar, y que portan armaduras de distintos orígenes, desde el romano hasta las propias del siglo XVI.
Estas cofradías tienen un papel relevante en los actos procesionales como ocurre en Almagro, donde se realiza la danza de “El Caracol”.
Una danza en la que formando un círculo se mueven abriéndose y cerrándose entorno a su bandera.
Una imagen espectacular, pues no hay que olvidar el entorno en el que se realiza, la Plaza Mayor de Almagro.
En las poblaciones calatravas, y como manda la tradición, en Viernes Santo se comienza el día con un buen desayuno, en el que no pueden faltar los dulces típicos de estas fechas.
Flores, rosquillos, barquillos y roscapiñas, recargan de energía a los penitentes tras la larga noche de Jueves Santo.
Como puedes ver cada fiesta tiene un sabor. Si quieres conocer un poquito más nuestra gastronomía, aquí os dejamos unos enlaces ricos, ricos...
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Pero en la provincia de Ciudad Real encontramos más tradiciones...
Juego de las Caras en Calzada de Calatrava
Una de las más antiguas tradiciones la encontramos en Calzada de Calatrava. Ésta tiene lugar en la mañana de Viernes Santo, y se trata del “Juego de las Caras”.
Este juego rememora, año tras año, el sorteo de la túnica de Jesucristo tras su crucifixión.
Consiste en trazar un círculo en el suelo y la banca va igualando la apuesta de los jugadores.
El baratero lanza al aire dos monedas de cobre, si salen las dos caras, gana la banca. Si sale cruz en ambas, ganan los apostantes y si sale una cara y una cruz, se repite la tirada.
Este juego congrega, año tras año, a gran cantidad de público en esta localidad manchega.
Dicen que lo importante es participar, pues será cuestión de hacerlo ¿no?
3. CUENCA, MUSICA Y PASION VIVIENTE
En Cuenca, la Semana Santa es la fiesta por excelencia, declarada de Interés Turístico Internacional es sencillamente impresionante, a la altura de la propia ciudad.
Una de los rasgos que distingue la Semana Santa conquense es el trazado por el casco antiguo de la ciudad.
Lo que le confiere a los desfiles procesionales una belleza única, sobre todo al atardecer.
Profundamente arraigada entre los habitantes, destaca, sobre las demás, la procesión Camino del Calvario, conocida como las Turbas.
Las Turbas
En la madrugada de Viernes Santo, las turbas son las encargadas de representar, a golpe de tambor y clarín, la burla que sufrió Jesús en su camino a la cruz.
Durante el recorrido se suceden momentos de gran estruendo y de absoluto silencio, sin que podamos afirmar cuáles son más sobrecogedores.
Uno de ellos es el canto de El Miserere en la escalinata de la Iglesia de San Felipe Neri.
Y es que en Cuenca la Semana Santa es sobre todo música.
Al tiempo que se celebran las procesiones, también lo hace la Semana de La Música Religiosa, con escenarios tan espectaculares como la propia Catedral de Cuenca.
Pero si hay una característica particular de la Semana Santa en esta provincia manchega es, sin duda, las pasiones vivientes.
En Motilla del Palancar, cada año, doscientas cincuenta personas, se convierten, por unas horas, en los habitantes de la antigua Jerusalén.
Israelitas y romanos del siglo I toman las calles para recrear, con pasión y fervor, las últimas horas de la vida de Jesús de Nazaret.
Una experiencia única que bien merece una visita, y estando en Cuenca, aprovecha y disfruta te todos sus rincones, aquí te dejamos este enlace que te puede venir bien...
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4. GUADALAJARA, LA PASIÓN VIVIENTE DE HIENDELAENCINA
En Guadalajara la celebración de la Semana Santa es sobria y de profunda devoción.
También es tradicional en esta provincia de Castilla-La Mancha la representación viviente de la Pasión de Cristo como ocurre en el pequeño pueblo de Hiendelaencina.
Cada año más de tres mil visitantes acuden a Hiendelaencina para presenciar esta Pasión viviente, Fiesta Declarada de Interés Turístico Regional.
Desde hace más de cuarenta años esta localidad, de apenas 150 habitantes, rememora el pasado.
Con un texto adaptado de la Biblia, pero lleno de expresiones de nuestra tierra, tendremos el privilegio de asistir a la Última Cena, la Oración en el Huerto, el Juicio de Caifás, la audiencia ante Pilatos, el Viacrucis y la Crucifixión de Jesús.
Todo está cuidado al detalle, siendo los propios habitantes los encargados de preparar todo en la representación viviente.
Es sin lugar a dudas, una experiencia que hay que vivir, para sentirse, por unas horas, partícipes de la historia.
5. TOLEDO, FERVOR Y DEVOCIÓN A LA LUZ DE LOS FAROLES
Acudir en Semana Santa a Toledo es vivir una experiencia única, como todas las que ofrece esta ciudad que se asoma al Tajo.
La ciudad imperial vive la Pasión de Cristo desde el recogimiento y la devoción.
El casco antiguo se convierte en el mejor anfitrión, recibiendo a todos aquellos visitantes que desean vivir los desfiles procesionales.
El silencio se vuelve ensordecedor cuando cae la noche, el alumbrado de las calles se apaga, para que las distintas imágenes procesionen tan sólo a la luz de los faroles que portan los nazarenos.
El casco histórico de Toledo se convierte casi en las callejuelas de Jerusalén y los faroles alumbran la salida de la imagen del Cristo de la Buena Muerte.
Pero este es sólo un ejemplo de las dieciocho procesiones que recorren las empinadas y sinuosas calles del centro de Toledo.
Sin duda, un alarde de pericia, sacrificio y devoción por parte de los toledanos
Las veinte hermandades organizan y desarrollan las procesiones y cuentan en su haber con verdaderas joyas del arte sacro, dignas de ser admiradas.
Un museo único que recorre las calles toledanas desde el Martes Santo hasta el Domingo de Resurrección.
Pero hablando de museos, si estás en Toledo no dejes de visitar su rico patrimonio cultural. Aquí te dejamos un enlace que te puede ayudar...
- 5 museos que no te puedes perder si vas a Toledo
Hasta aquí, de momento, algunas de las tradiciones más relevantes de la Semana Santa en Castilla La Mancha.
Venir a esta tierra es disfrutar de tradición, arte, cultura, gastronomía y buena gente que te recibirá, siempre, con los brazos abiertos.
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