La práctica del yoga nos aporta grandes beneficios. Pero ¿realmente conoces todos?
El yoga es una enseñanza milenaria que llegó a occidente desde la India.
Actualmente, su práctica está muy extendida, estando presente en gimnasios, asociaciones vecinales, estudios de yoga, etc.
Para que lo conozcas un poquito mejor y más de cerca, te hemos preparado un listado de 10 cosas que debes tener muy en cuenta a la hora de practicarlo y que quizá no sabías.
Comenzamos...
1. El fin del yoga. La palabra yoga significa unión. Unión entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Este es el fin último del yoga, aprender y dominar esa unión.
¿Y cómo hacerlo? pues mediante la respiración, las distintas posturas,asanas en sánscrito, y la meditación.
2. Cuándo practicar yoga. En este tema hay distintas teorías. Hay quien sugiere que dos sesiones de 90 minutos a la semana es suficiente, de hecho, así se establece en las mayorías de los estudios de yoga.
Pero también están los que defienden sesiones de 20 o 30 minutos, no más de 4 días a la semana, y quien aboga, por practicarlo a diario, pues para poder disfrutar plenamente de todos sus beneficios debe de practicarse así.
Y siendo puristas la hora ideal sería la de antes de salir el sol. Pero siendo realista y teniendo en cuenta las agendas demenciales que todos llevamos, buscar dos ratos a la semana ya se considera todo un logro.
3. Dónde practicar yoga. Los maestros de yoga recomiendan acudir a estudios especializados para guiarnos en la práctica, respiración y meditación.
Pero en ocasiones, no es posible acudir a estos lugares, bien por tiempo o bien por economía. Afortunadamente, en el mundo de internet tenemos a nuestros alcance gran cantidad de medios, webs, canales en YouTube, apps en móviles, de donde poder obtener ayuda y algo de luz en este tema, por no hablar de la gran bibliología existente.
De todas maneras y, aunque existan medios para poder practicar en algún momento, es muy aconsejable acudir a algún centro con personal cualificado que nos guíen y nos ayuden en la parte física, puesto que es muy fácil poder hacerse daño.
Practicar en casa es una opción muy válida, yo practico en casa, y lo llevo haciendo hace muchos años.
Todo consiste en investigar, informarse, leer, ver videos, revisar y acudir a datos contrastados, aportados por verdaderos maestros de esta disciplina.
Necesitaremos en primer lugar un sitio, un lugar, un rincón que podamos hacer nuestro para practicar yoga.
No es necesario más de 4 m2. Lo ideal sería que siempre estuviera ahí, pero teniendo en cuenta cómo son nuestros hogares, dulces hogares...
nos conformaremos con reservar un rinconcito en el salón o en el dormitorio donde podamos extender nuestra esterilla.
Debe ser un sitio tranquilo, donde no haga ni frío ni calor en exceso y donde, a ser posible, tengamos silencio.
4. No es una competición. Cuando acudimos a centros de yoga, podemos caer en la tentación de intentar competir con el resto de usuarios en quién se estira más o quién consigue mantener la postura invertida durante más tiempo.
Pero esta actitud está en contra de los principios del yoga. El yoga trata de centrarnos en nosotros mismos, y no en los demás, escuchando nuestros cuerpos, entrenando la paciencia.
Lo más probable es que el primer día no seas capaz de tocar la punta de los pies al flexionarte hacia delante, pero solo con ese movimiento ya estarás mejorando y obteniendo beneficios.
Con el tiempo, menos del que en principio podemos pensar, conseguiremos apoyar las manos en el suelo, pero lo que es más importante, notaremos que nuestra columna está mucho más sana.
Poco a poco iremos viendo los resultados.
5. Sus efectos según la hora del día. El yoga nos ofrece distintos beneficios según la hora del día en la que lo practiquemos, todo depende de nuestras necesidades.
Podemos reservarnos la primera hora de la mañana para practicar yoga. Puede ser desde apenas unos saludos al sol o una sesión completa de yoga integral, todo dependerá del tiempo del que dispongamos.
Solo con lo primero ya notaremos la diferencia. Conseguiremos desentumecer nuestros músculos y articulaciones tras el descanso nocturno, activar nuestro cuerpo y llenarnos de energía para afrontar nuestra jornada.
Si lo que necesitamos es relajarnos y aliviar el estrés tras una dura jornada laboral o familiar, lo ideal es practicar yoga al atardecer.
Con ello conseguiremos relajar nuestro cuerpo, nuestros músculos y articulaciones y nuestra mente.
Esto repercutirá en la mejora de la calidad de nuestro descanso. Cada uno podemos elegir el momento que más nos convenga.
Yo personalmente practico por la mañana temprano, antes de que nadie se despierte, porque es en esa hora cuando encuentro la tranquilidad que necesito.
6. Tipos de yoga. Existen multitud de tipos, cada uno enfocado a distintos aspectos del yoga. Hay un yoga más físico y otro yoga más espiritual.
Dentro del yoga puramente físico, hay varias vertientes, como el Hatha Yoga, que es más tranquilo, donde las posturas son más estáticas y las transiciones entre posturas son calmadas y mediante respiraciones.
También encontramos el Asthanga Yoga, mucho más enérgico y activo, que consiste en una serie de asanas que se practican siempre en el mismo orden a modo de coreografía.
Aunque no lo parezca, requiere un auténtico y verdadero esfuerzo físico.
7. El yoga para adelgazar. Últimamente el yoga se ha extendido como un método para adelgazar, pero, ¿realmente el yoga adelgaza?
La práctica física del yoga no produce un gran consumo de calorías, por lo que, a priori, no va a ayudarnos a adelgazar directamente.
Lo que si nos puede ayudar es a calmar nuestra ansiedad, esa ansiedad que nos lleva a comer mucho y mal.
Practicando yoga conseguiremos ser conscientes de lo que estamos comiendo y de cuánto comemos, con lo que nuestro peso será equilibrado y estará mucho más controlado.
Interesante, ¿verdad?
8. Requiere mucha concentración. Personalmente, creo que esta es la parte más difícil de practicar yoga, la concentración.
Con la vida tan ajetreada y de locos que todos llevamos, conseguir vaciar la mente, para centrarnos en respirar y focalizar nuestra atención en puntos concretos de nuestro cuerpo, me parece todo un reto.
Pero como en todo, con práctica y dedicación todo se llega a conseguir, y los beneficios superarán con creces el esfuerzo.
9. Engancha. Si, rotundamente, el yoga engancha. La primera clase de yoga puede resultar extraña, música oriental a bajo volumen, luces casi en penumbra, ejercicios casi de contorsión, silencio.
Es cierto que hay a quien no le puede gustar, pero si perseveramos y le damos una oportunidad podemos descubrir que esos elementos que, al principio nos parecen extraños, nos transmiten calma y tranquilidad.
La música nos invade y nos ayuda a relajar la mente y el cuerpo. Las posturas tensan y relajan nuestra musculatura produciendo una sensación de gran bienestar.
¿Como puede esto no enganchar?
10. No es un deporte. Es cierto, en los últimos tiempos se está empezando a englobar el yoga como una actividad más de culto al cuerpo y claro, tampoco nos vamos a engañar, requiere un esfuerzo físico, produce agujetas, lo confirmo.
Pero el yoga es mucho más que un deporte, mucho más que una actividad física, es una herramienta maravillosa para ayudarnos a afrontar más tranquilos y calmados nuestro día a día.
¿Conocías todas? Si no es así me alegro de que ahora si lo hagas.
Ya lo sabes, si quieres que el yoga entre en tu vida...¡ábrele la puerta!